Esta es una crema muy nutritiva, sana, rica y perfecta para los días de frío (que aún estamos pasando); además a los peques les encanta. Una forma ideal para que nuestros niños coman verduras disfrutando.
Estos son los ingredientes:
La mayoría de los ingredientes los pongo a ojo, la idea es que quede una crema ligera, la textura la iremos modificando al añadir los ingredientes.
Primero se asa la calabaza, lavada y partida por la mitad, sin quitar las pepitas, sobre una fuente de horno recubierta con papel de hornear. Con el horno precalentado, a 160ºC. Tarda bastante en hacerse (unas 2 horas) y lo ideal es que quede tostada por la superficie y blandita por dentro (al meter un tenedor no ofrece resistencia). Yo la suelo hacer el día de antes y se reserva.
Por otro lado se cuecen las patatas y la cebolla con agua y sal. Cuando estén listas, se quita el caldo de la cocción y se reserva.
A las patatas y la cebolla le añadimos la calabaza (sin pepitas) y algo del caldo de verduras que teníamos reservado. Se tritura bien y se le añaden un par de quesitos en porciones y leche evaporada (o nata vegetal). Se rectifica de sal.
En este punto es donde la cantidad de caldo de verduras y leche evaporada la ponemos a ojo, buscando así la textura adecuada de la crema.
Se sirve bien caliente añadiéndole por encima queso parmesano rallado o en escamas, mezcla de pimientas molidas.
Si se quiere (mi hijo siempre quiere) se pueden tostar unas rebanadas de pan de molde, cortarlas en dados y así tenemos unos picatostes buenísimos!